Un niño con hiperactividad tiene dificultad para controlar impulsos por lo que le cuesta trabajo mantenerse concentrado en lo que está haciendo y cambia de actividad constantemente, ya que se le dificulta rechazar estímulos irrelevantes y, con frecuencia, no termina una actividad sin ya estar haciendo otra. Si eres una mamá con un niño hiperactivo, puedes encontrar en casa la televisión prendida, tareas no terminadas, juguetes fuera de su lugar, plato de comida sin terminar; todo al mismo tiempo. Pero, ¡no te preocupes!, hay maneras prácticas que pueden ayudar a tu pequeño a mejorar en su desempeño, ser más organizado y planear mejor sus actividades cotidianas.
Definir reglas
El primer paso para evitar que le expliquemos una y otra vez las reglas, que de por sí, no obedece, es definir reglas claras y que las comprenda. Al momento de darle una instrucción a tu hijo, es importante definir lo que se le está pidiendo de manera específica. Por ejemplo, si uno de los objetivos es que sea más ordenado, en lugar de solo decirle "Sé más ordenado" o "recoge tus cosas", mejor pedir "Tiende tu cama diariamente, recoge los juguetes antes de acostarte, lávate los dientes antes de dormir, etc" La regla se vuelve mucho más clara y no se puede interpretar de otra forma. Además de explicarlas, conviene escribir las diferentes reglas, cuál es la consecuencia en caso de no cumplirlas y los premios por cumplirlas. El niño puede participar en crear las reglas y escribirlas, decorar un cartel con ellas, e incluso involucrarse en escoger el tipo de premios y consecuencias para cada objetivo. Así, tendrá mayor comprensión de lo que debe hacer y se encuentra más involucrado en lo que se le pide.
Dividir las tareas en pasos menores
A los niños con hiperactividad, les cuesta muchísimo acabar encargos, tareas y deberes escolares. Al pedirle que realice una tarea en casa, es mejor si se lo pides en pequeños pasos divididos. "Saca la basura" puede ser una instrucción clara, aunque para niños con hiperactividad resulta mejor dividirlo en pasos simples :1. Cierra la bolsa, 2. baja la bolsa al contenedor, 3. limpia el bote si se ha ensuciado, 4. poner la bolsa nueva en el bote de basura, 5. guardar las bolsas sin usar en su lugar. Parece sencillo, pero el niño puede creer que “ha tirado la basura” si ha bajado la bolsa abierta al contenedor, dejando restos por la cocina y sin poner una bolsa limpia. Se pueden hacer tarjetas de diferentes tareas como limpiar el cuarto, preparar la cartera y la ropa la noche anterior, hacer la cama, echar la ropa sucia a la cubeta, ir a por el pan, prepararse por la mañana para ir al colegio (levantarse, lavarse, vestirse, desayunar, lavarse los dientes, coger la cartera, coger el bocadillo, etc).
Establecer rutinas predecibles para aumentar la estructura y orden en casa
Las rutinas ayudan a estructurar el día y producen seguridad al niño. Hay distintas maneras de hacerlo; scribir horario de actividades, tiempo para hacer las tareas, hora para jugar/descansar, hora de comida, hora de aseo, etc. Se recomienda tener el horario en un lugar visible para el niño y que igualmente, se involucre para hacerlo. Así será más fácil para él seguir un orden, tener mayor organización en casa e incluso en la escuela. El horario debe ser estable y no hacer cambios por sorpresa, si se requiere hacer un cambio, de preferencia hacerlo con anticipación para que se continúe teniendo cierto orden para hacer las cosas.
Establecer objetivos realistas
Es importante no exigirle un cambio radical a los niños. Entendamos que la mejora y aprendizaje es gradual y cometerán errores, sin embargo, es importante ser constantes como padres y guiarlos en el proceso para que se observen avances poco a poco. Si les exigimos que logren integrar un horario o estructura cuando antes no lo hacían, posiblemente no logren hacerlo o batallen en un inicio, provocando que se frustren y se desmotiven. La clave para que el aprendizaje sea significativo es ser constantes y pacientes.
