La autoestima es un sentimiento interno de confianza propia, seguridad en uno mismo, aceptación de nuestras virtudes y fallas; es un sentimiento de bienestar y satisfacción. Se calcula que las mujeres embarazadas o con hijos son tres veces más susceptibles de presentar depresión que en otra etapa de su vida (INEGI, 2016).
Como todos sabemos y hemos notado, los niños son perceptivos y aprenden por el ejemplo. Si los padres presentan dificultades de autoestima se puede traducir en un hijo con problemas de autoestima. Como padres también deben cuidar de la salud mental por el bienestar de los hijos.
¿Cómo detectar si tengo baja autoestima?
Sentimientos de depresión fácilmente cuando los demás parecen estar bien
Evito hacer cosas con toda la familia por las molestias que implican
Evito discutir temas específicos que conciernen a los niños cuando tú y tu esposo no están de acuerdo, a pesar de que es necesario discutirlos.
Tienes más luchas de poder de las que deberías
Tienes la impresión de que tus hijos manejan su vida y prefieren no ser parte de tu familia o algo peor
Con frecuencia no sabes cómo manejar a tus hijos. Incluso los intentos de solución se sienten totalmente inútiles.
Tienes la sensación de que todos los demás saben más sobre cómo educar a los niños que tú.
Sientes la necesidad de controlar a tus hijos por miedo a perder el control.
Te deprimes o enojas fácilmente, en vez de mantener la compostura.
Deseas un día libre pero parece incapaz de conseguirlo. Nunca hay tiempo.
Falta de motivación para cumplir con la lista de responsabilidades como padre/madre, la cual cada vez parece ser más larga.
¿Cómo mejorar mi autoestima como padre/madre?
¡Acude con un profesional! Cada quien tiene un carácter y una situación diferente. Un psicólogo puede orientarte y ayudarte mejor y más rápido.
Pasa tiempo a solas con cada uno de tus hijos y dediquen un tiempo en familia todos. Es importante que este tiempo sea de calidad; que la hora que dediquen a pasar juntos sea puramente convivencia y se encuentren todos presentes.
Tómate un tiempo para ser solamente una esposa/o, sin interrupciones, sin hijos. Vayan a cenar, tengan un picnic o tomen un paseo.
Exige la participación de todos en los labores de la casa que lo requieran.
Aprende a planificar para aprovechar mejor las oportunidades e imprevistos.
Establece tradiciones familiares cada semana, mes o año.
Escucha música.
Tómate tiempo para salir con tus amigos.
Divide tus metas en etapas realistas, dándole dirección a tus acciones diarias.
Si se te dificulta enfrentar a miembros de tu familia, déjale notas.
Aprende a decir “no” cuando se necesita.
Finalmente, disfruta cada momento estando en el presente, siendo consciente de ti y de los que te rodean. Disfruta las pláticas, los momentos y las situaciones buenas y malas, ya que te aportan aprendizaje. Recuerda de procesar los cambios que sucedan, sean buenos o malos; es importante ser consciente y hablar sobre las distintas situaciones que se presentan día con día para poder enfrentarlas de mejor manera.
